“Para avanzar no hay que rehacer la historia sino renovarla. Tenemos que añadir algo a la herencia de nuestros antepasados. Si nos es posible descubrir e inventar en el mundo algunas realidades tangibles, ¿vamos a tener que reconocer nuestro fracaso en lo referido al campo del espíritu? ¿No será posible multiplicar las excepciones hasta convertirlas en regla? ¿Habrá que empezar actuando siempre como bestia, para pasar luego a actuar como hombre, y sólo en la medida en que sea posible?”
“La verdadera democracia o autonomía política de las masas, no puede obtenerse jamás por medios desleales y violentos. La sencilla razón de ello es que el empleo de métodos semejantes supone necesariamente que uno se deshace de toda oposición, liquidando a los adversarios. Sobre tales bases es imposible establecer un régimen de libertad individual. Esta no podrá encontrar su plena expansión más que en un régimen donde la no violencia reine en estado puro.”
“¿Qué diferencia hay para los muertos, los huérfanos y los desamparados, cuando la destrucción demencial es efectuada en nombre del totalitarismo o en el sagrado nombre de la libertad y la democracia?”
“A menos que las grandes potencias desechen su anhelo de explotación y el espíritu de violencia, de las cuales la guerra es expresión natural y la bomba atómica su inevitable secuela, no habrá esperanza de paz para el mundo.”
“Creo que la verdadera democracia sólo puede ser resultado de la no-violencia. No se puede organizar ninguna federación mundial salvo si su estructura tiene como base la no violencia. En tal caso, habrá que renunciar a toda violencia en los asuntos internacionales.”
“Una revolución no violenta no es un programa para la toma del poder. Es un programa para la transformación de las relaciones de modo tal que se desemboca en una transferencia pacífica del poder”
No hay comentarios:
Publicar un comentario