Predijo una victoria de más de 35% en Buenos Aires; críticas a Kirchner en el lanzamiento del Acuerdo Cívico y Social. La Unión Cívica Radical, el socialismo y la Coalición Cívica, ya consagraron a su dirigente: Elisa Carrió.
En medio de una fiesta de luces, música y bajo una lluvia de papelitos celestes y blancos, el flamante Acuerdo Cívico y Social lanzó ayer oficialmente su campaña desde el teatro Gran Rex y presentó a los candidatos que postulará en las 24 provincias del país.
La cara más famosa del frente que une a la UCR y la Coalición Cívica (CC), Elisa Carrió, fue otra vez el centro de atención. Dijo que en la provincia de Buenos Aires "la mayoría del pueblo pobre es peronista" y se comprometió a "abrirles las puertas de la cárcel del clientelismo". También predijo que sus candidatos bonaerenses ganarían "con más de 35 puntos".
Ante la cara de sorpresa de sus compañeros en el escenario, Carrió le pidió abiertamente su "voto silencioso a las mujeres pobres del conurbano" y a cambio les prometió que su primera medida será una ley de ingreso ciudadano para la niñez, que le otorga a las madres una suma fija mensual por hijo. Fue con ese guiño bonarerense que Carrió, (se postula como tercera diputada en la lista de la Capital) dejó en claro que la campaña será nacional.
También hizo un llamado a la ciudadanía a "ponerle el cuerpo a la esperanza" y ofrecerse para fiscalizar las elecciones y no se olvidó de criticar al kirchnerismo. "Los que se guían por las encuestas no hacen política, hacen mercadotecnia", dijo antes de acusarlos de "apropiarse del pasado y olvidarse del futuro".
"No estamos para la nostalgia, sino para que el 83 se repita en el futuro", arremetió para ganarse a la barra radical, en el pullman derecha del teatro y separada de los jóvenes de la CC, en el pullman izquierdo. También elogió a Leandro N. Alem y dejó clara su ambición de conducir al denominado panradicalismo. "Sólo pueden conducir una Nación aquellos a los que no les importe ser terceros o sextos en las listas", se elogió.
Terminó mejor de lo que llegó. Los jóvenes radicales la había recibido cantando "en las buenas y en las malas sigo siendo radical" (un reproche por haber abandonado el partido) pero todo el teatro la despidió de pie.
Otros oradores
Los otros oradores fueron el presidente de la UCR, Gerardo Morales; los candidatos porteños Alfonso Prat-Gay y Ricardo Gil Lavedra; los bonaerenses Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín; y el candidato a diputado por La Pampa y vicepresidente de la Federación Agraria, Ulises Forte, en representación del interior y del campo.
Habían subido juntos al escenario, bajo una lluvia de papeles celestes y blanco y con el jingle creado para la campaña retumbando en todo el teatro. Un tema bien pegadizo que creó el guitarrista de Miguel Mateos (Roly Ureta) titulado "Cambiar" , pensado para encajar con el lema con el que venderán al Acuerdo Cívico y Social: "El cambio seguro".
Detrás de ellos se ubicaron en las gradas sobre el escenario más de 80 candidatos en representación de los que postularán en todo el país. En señal de paz, también invitaron a los de la media docena de provincias donde la CC y la UCR no llegaron a un acuerdo.
Antes de Carrió, Morales había sido el encargado de azuzar al oficialismo y recordar a los socialistas, que también integran el frente pero se quedaron de campaña en Santa Fe.
Morales acusó al Gobierno de ser "el más corrupto de la historia" y los culpó por "haber convertido a la CGT en una unidad básica y a su titular [por Hugo Moyano] en un ministro en las sombras".
En un rapto de sinceridad, contó que hasta sus correligionarios creen que la impugnación que presentó en la Justicia contra Néstor Kirchner y Daniel Scioli no prosperará. "Tengo la conciencia tranquila de haber hecho lo correcto", les contestó.
Gil Lavedra, uno de los ingresos más aplaudidos, pidió "detener las prácticas pejotistas de los gobiernos de Kirchner y Menem" y se comprometió a mejorar la justicia y la institucionalidad desde el Congreso. Su compañero porteño, Prat-Gay, criticó el modelo económico del kirchnerismo y enumeró sus propuestas en la materia.
Por el lado de los bonaerenses, Ricardo Alfonsín hizo delirar a los nostálgicos y Stolbizer llamó a no caer en la trampa de "PJ original y muleto", por sus oponentes del peronismo disidente. Estuvo entre las más aplaudidas, junto al ruralista Forte, que acusó al Gobierno de "hacer un capitalismo de amigos".
Laura Capriata LA NACION
La cara más famosa del frente que une a la UCR y la Coalición Cívica (CC), Elisa Carrió, fue otra vez el centro de atención. Dijo que en la provincia de Buenos Aires "la mayoría del pueblo pobre es peronista" y se comprometió a "abrirles las puertas de la cárcel del clientelismo". También predijo que sus candidatos bonaerenses ganarían "con más de 35 puntos".
Ante la cara de sorpresa de sus compañeros en el escenario, Carrió le pidió abiertamente su "voto silencioso a las mujeres pobres del conurbano" y a cambio les prometió que su primera medida será una ley de ingreso ciudadano para la niñez, que le otorga a las madres una suma fija mensual por hijo. Fue con ese guiño bonarerense que Carrió, (se postula como tercera diputada en la lista de la Capital) dejó en claro que la campaña será nacional.
También hizo un llamado a la ciudadanía a "ponerle el cuerpo a la esperanza" y ofrecerse para fiscalizar las elecciones y no se olvidó de criticar al kirchnerismo. "Los que se guían por las encuestas no hacen política, hacen mercadotecnia", dijo antes de acusarlos de "apropiarse del pasado y olvidarse del futuro".
"No estamos para la nostalgia, sino para que el 83 se repita en el futuro", arremetió para ganarse a la barra radical, en el pullman derecha del teatro y separada de los jóvenes de la CC, en el pullman izquierdo. También elogió a Leandro N. Alem y dejó clara su ambición de conducir al denominado panradicalismo. "Sólo pueden conducir una Nación aquellos a los que no les importe ser terceros o sextos en las listas", se elogió.
Terminó mejor de lo que llegó. Los jóvenes radicales la había recibido cantando "en las buenas y en las malas sigo siendo radical" (un reproche por haber abandonado el partido) pero todo el teatro la despidió de pie.
Otros oradores
Los otros oradores fueron el presidente de la UCR, Gerardo Morales; los candidatos porteños Alfonso Prat-Gay y Ricardo Gil Lavedra; los bonaerenses Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín; y el candidato a diputado por La Pampa y vicepresidente de la Federación Agraria, Ulises Forte, en representación del interior y del campo.
Habían subido juntos al escenario, bajo una lluvia de papeles celestes y blanco y con el jingle creado para la campaña retumbando en todo el teatro. Un tema bien pegadizo que creó el guitarrista de Miguel Mateos (Roly Ureta) titulado "Cambiar" , pensado para encajar con el lema con el que venderán al Acuerdo Cívico y Social: "El cambio seguro".
Detrás de ellos se ubicaron en las gradas sobre el escenario más de 80 candidatos en representación de los que postularán en todo el país. En señal de paz, también invitaron a los de la media docena de provincias donde la CC y la UCR no llegaron a un acuerdo.
Antes de Carrió, Morales había sido el encargado de azuzar al oficialismo y recordar a los socialistas, que también integran el frente pero se quedaron de campaña en Santa Fe.
Morales acusó al Gobierno de ser "el más corrupto de la historia" y los culpó por "haber convertido a la CGT en una unidad básica y a su titular [por Hugo Moyano] en un ministro en las sombras".
En un rapto de sinceridad, contó que hasta sus correligionarios creen que la impugnación que presentó en la Justicia contra Néstor Kirchner y Daniel Scioli no prosperará. "Tengo la conciencia tranquila de haber hecho lo correcto", les contestó.
Gil Lavedra, uno de los ingresos más aplaudidos, pidió "detener las prácticas pejotistas de los gobiernos de Kirchner y Menem" y se comprometió a mejorar la justicia y la institucionalidad desde el Congreso. Su compañero porteño, Prat-Gay, criticó el modelo económico del kirchnerismo y enumeró sus propuestas en la materia.
Por el lado de los bonaerenses, Ricardo Alfonsín hizo delirar a los nostálgicos y Stolbizer llamó a no caer en la trampa de "PJ original y muleto", por sus oponentes del peronismo disidente. Estuvo entre las más aplaudidas, junto al ruralista Forte, que acusó al Gobierno de "hacer un capitalismo de amigos".
Laura Capriata LA NACION
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