Los partidos de la oposición quieren cambiar el sistema electoral. Proponer un solo paño de papel en el cual se consigne a todos los candidatos y el elector marque su preferencia.
La estrategia opositora para las legislativas de octubre ha incorporado a la discusión política un aspecto de neto corte defensivo: la boleta única como reaseguro contra un eventual intento de fraude. Evalúan que la posibilidad de irregularidades en el escrutinio será mucho mayor que el registrado en las últimas elecciones, porque el oficialismo afronta hoy dificultades inéditas para preservar su ajustada mayoría parlamentaria. Por su parte, el Gobierno anticipa que rechazará la iniciativa, dado que al no mostrar la lista completa, la boleta única “tapa la mugre” que lleva de arrastre cada uno de los candidatos estrella.
El que tiró la primera piedra fue el diputado Felipe Solá, que reclamó la reforma del Código Electoral. El ex gobernador, que llegó al Congreso en 2007 encabezando la lista del kirchnerismo, afirma que la adulteración de votos en ese turno electoral pudo haber llegado al 15% en su distrito. Los representantes de la Coalición Cívica hablan de una cifra menor, entre el 2 y el 5 por ciento. “No determina una elección presidencial, pero son muchos miles de votos en una elección legislativa”, dijo Margarita Stolbizer, quien el día de los comicios de 2007 empezó a recibir llamados con denuncias desde muy temprano. “Habíamos visto un instructivo que circuló en Lomas de Zamora, donde indicaban que, como faltarían autoridades de mesa, los fiscales kirchneristas debían llegar temprano para cumplir ellos con esa función”, agregó la futura candidata a diputada por la Coalición Cívica. Stolbizer se entusiasmó con que en las mesas agropecuarias ya se están confeccionando listas de voluntarios que actuarán como fiscales este año. “Son ciudadanos que quieren una elección libre y transparente”, afirmó. El senador de esa misma fuerza, Samuel Cabanchik, presentó el año pasado el primer proyecto de ley para eliminar las listas sábanas e implementar la boleta única. El texto llevó también la firma del radical Ernesto Sanz, del presidente del Partido Socialista, Rubén Giustiniani, y del cordobés Carlos Rossi.
En este tema la Coalición Cívica no tiene fisuras: desde hace un año está trabajando en la formación de fiscales por medio de cursos que dicta la Fundación Naumann y sueña con una embestida parlamentaria para que la boleta única se apruebe en el período estival de sesiones extraordinarias. “Sabemos que el Gobierno se va a oponer, pero vamos a hacer mucha presión. Insistiremos con los veedores internacionales e iremos a Washington con los datos del fraude de 2007. En Córdoba, la presión cambió el sistema”, advirtió la diputada Patricia Bullrich.
El legislador y líder de Unión Celeste y Blanco, Francisco de Narváez, es un ferviente defensor de la boleta única. “El Gobierno no debería oponerse. Este procedimiento –explica– es utilizado en los consulados argentinos en el exterior. La Cancillería provee las boletas porque los partidos no pueden llevar las suyas por todo el mundo.” También el jefe de la bancada del PRO, Federico Pinedo, respalda la reforma, pero no se juega por la eficiencia de los sistemas de control: “Los fiscales no son tropas fieles. Veremos qué hace el oficialismo que, si no quiere que esto se trate, no se trata”.
Ciertamente, desde el oficialismo ya anticiparon que rechazarán la propuesta. El diputado peronista Jorge Landau, afirmó que se opone “profundamente” a la boleta única porque “implica un ocultamiento de los candidatos: en la boleta figurará la cabeza de la lista y se tapará toda la mugre”. Para él la solución son los fiscales de mesa. “Si una fuerza no es capaz de reunir al menos un fiscal por escuela, entonces no puede gobernar un país”, sentenció Landau.
Córdoba ya reformó el sistema
La provincia de Córdoba fue pionera en el país en las modificaciones sobre la ley electoral para establecer el sistema de boleta única, hija del escándalo en los comicios provinciales en los que Juan Schiaretti se impuso sobre Luis Juez, quien detonó denuncias de fraude.
El nuevo sistema, sancionado por la Legislatura cordobesa un mes atrás, indica que la Justicia Electoral será la encargada de imprimir la boleta única en la que constará el listado de todos los candidatos junto a un casillero en donde el elector podrá marcar su preferencia.
Con ese sistema, un candidato no podrá postularse por más de una fuerza política –se elimina la sumatoria de votos– ni estará habilitado para presentarse a competir en más de una categoría.
El nuevo esquema para regular las votaciones no se aplicará este año. Entrará en vigor en los comicios de 2011 y deja un esquema base para aplicar, en un futuro, un sistema de voto electrónico.
Fuente: www.criticadigital.com
Publicado por: Lic. Ma. Julieta París.
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